martes, 5 de junio de 2012

LA FLOR Y EL SOL

Había una vez una flor que se quejaba del sol , pero ella no sabía que el sol era importante para su crecimiento. Un día el sol le preguntó a la flor ¿ por qué me odias flor?
 por qué me das mucho sol, le respondió y ya no aguanto más.
 Al día siguiente el sol decidió no salir más, y la flor pensó que por fin se libró de él, estaba feliz.
 Pasó una semana y la flor comenzó a congelarse y a marchitarse con el frío.
Así que decidió hablarle al sol para que le diera nuevamente calor, pero el estaba muy triste y no fue fácil para el sol hacerle caso, pues se sentía muy herido.
 Finalmente el sol olvidó los rencores y decidió salir ,la flor agradeció su gesto pues reflexionó sobre la importancia que tiene el sol en nuestras vidas.

 ¿Qué valor extraes de la lectura?

 Autor:

ANTES TODO ERA MEJOR


En un futuro no muy lejano aproximadamente en el 2100
  
Un día por casualidad, Paula encontró unos apuntes a lapicero escritos en muchísimas  hojas amarillentas, eran de su bisabuela ¡qué horror!.Pensó…esta es una antigüedad. Antes tenían que comprar enormes repisas para guardar muchos libros, en cambio ahora en un pequeño dispositivo guardas miles  de libros y  anotaciones,no tienes que estar cargando apuntes ni libros tan pesados.

En eso apareció el profesor electrónico  de Paula   y le indicó    que era hora de la lección de matemática, rápidamente le dio la explicación, le indicó la tarea y la corrigió.
Paula no comprendió los ejercicios, entonces le preguntó a su profesor sus dudas, pero él le contestó que no podía responder a sus preguntas porque no estaba programado para hacerlo.
      Paula decide jugar con Tomás en su laptop y le cuenta sobre  los apuntes que había encontrado y que pertenecían a su bisabuela y le pregunta si sabía  algo de las antiguas escuelas  y Tomás su amigo  le respondió  que sí y le cuenta que antes todos los niños iban  a un colegio a estudiar , donde habían profesores que les enseñaban diferentes cursos  y también les aconsejaban, me imagino   que debió ser muy divertido, me hubiera gustado vivir en esos tiempo y así tener muchos amigos, dijo Tomás.

Fue allí cuando Paula comprende   quienes eran esas niñas  que salían junto a su bisabuela en una fotografía, donde todas utilizaban  un mismo uniforme y también  le comentó que en la parte superior  encontró un nombre extraño de un señor, Tomás  sonrió  y le contó que antes los colegios llevaban el nombre de un héroe, prócer o personaje.  En ese momento interrumpió el robot y  le  comunicó a Paula  que tenía que darle la clase de historia y matemática.

   Paula ya  sabía lo de siempre, las mismas palabras, las mismas palabras, las mismas palabras   : cuando cumpleste felicita y cuando no lo haces bien, te dice…   esfuérzate, esfuérzate, esfuérzate.

Será que el avance de la  ciencia nos deshumaniza más.

¿Qué opinas al respecto?


Autor: Esther Mamaní C.
Sección: 3 D

NADIE SABE LO QUE TIENE HASTA QUE LO PIERDE


Había una vez un niño llamado René, cuya  madre siempre estaba preocupada por él, pues sus notas eran  un desastre.

Así pasaron los años, la madre de René  siempre lo aconsejaba, peroél no la escuchaba, aún más, le faltaba al respeto.

Después de un tiempo la madre de Rene se sintió  delicada de salud, visitó al doctor, luego de hacerse  algunos exámenes, el médico le dijoque su enfermedad era grave dándole poco tiempo de vida.

Siguió su  rutina sin contarle nada a su hijo sobre su enfermedad, seguía aconsejándolo y  René sin obedecerla.

  Ella sufría mucho, no sabía que iba a ser de su hijo  cuando ella no estuviera a su lado,
pasaron los días hasta que llegó el día fatal.  Aquella mañana despertó muy temprano, saludó a su hijo y le pidió que antes que se fuera al colegio le diera un beso, más él respondió que estaba apurado, que no tenía tiempo y se marchó.

 Aquel día la madre de René lloró mucho hasta que dio su últimoaliento.  Cuando René llego a su casa, tocó y tocó la puerta, esperó mucho tiempo hasta que decidió saltar el  cerco y llegar a la sala. ¡Seguramente su mamá habría salido!  Cuálfue su sorpresa al ver a su madre muerta en el suelo,se arrodilló… lloró, gritó, pidió  perdón por toda su irresponsabilidad, se sintió culpable¡ no pudo darle el último  beso que ella le pidió!

Salió a la calle, pidió ayuda, sus vecinos   vinieron apoyarlo y así enterraron a su madre.

Se fue de su casa, buscó trabajo, encontrando explotación,abuso, soledad y miseria.
Fue entonces cuando comenzó a valorar los buenos consejos de las personas que conoció y decidió luchar por ser mejor persona.Luchó, trabajo mucho,estudió y  salió adelante recordando siempre  los consejos de su madre.

Finalmente René logró ser feliz con el cambio de su vida, gracias a los consejos de su querida y recordada mamá.


Autor: Fiorella Saravia C.
Sección: 3 C

LA PUNTUALIDAD


Un joven llamado José caminaba por el mundo, mostrando su  puntualidad  y con ello su responsabilidad.   Era conocido como un niño muy puntual, pues siempre  llegaba a la hora exacta  a sus compromisos. Era un niño muy organizado.

Una mañana al mirar su reloj pensó  que tenía tiempo  de sobra para acudir  a un lugar a la hora  convenida, por lo que se alistó con mucha paciencia.
 Fue entonces que al mirar su reloj se dio cuenta que este se encontraba malogrado, muy desesperado salió de su casa para ir a su compromiso, llegando tarde.

          Finalmente, José  despierta angustiado y se da  cuenta que todo fue un sueño, una pesadilla, a él no le gustaba llegar tarde a ningún lugar.   Desde entonces, decidió revisar su reloj  todas las noches.

         Esto le permitió no desesperarse  en la vida, seguir llegando responsablemente a sus actividades.

  Así organizó su tiempo y triunfo  en la vida.




Autor: Jhon Quilluya P
Grado: 3 A

CUENTO: El Sueño del Pongo


Un hombrecito se encaminó a la casa- hacienda de su patrón.
Como era siervo iba a cumplir el turno de pongo, de sirviente.
El gran señor, patrón de la hacienda, no pudo contener la risa cuando el hombrecito lo saludó. “Eres gente u otra cosa” - le preguntó. Atemorizado, con los ojos helados, se quedó de pie.
- "¡A ver! -Dijo el patrón - por lo menos sabrá lavar ollas siquiera manejar la escoba. Con esas sus manos que parecen que no son nada”. Arrodillándose el pongo beso las manos al patrón y, todo agachado, siguió al mandón hasta la cocina. El hombrecito no hablaba con nadie, trabajaba callado; comía “Si, papacito; si mamacita”, era cuanto solía decir. El patrón martirizaba siempre al pongo, delante de toda la servidumbre.
Lo empujaba de la cabeza y obligaba a que se arrodillara.
- "Creo que eres perro, ¡Ladra! -le decía.
Trota de costado, como perro -seguía ordenándole el hacendado". El hombrecito sabía correr imitando a los perros pequeños de la puna.
El patrón reía, de muy buena gana; la risa le sacudía todo el cuerpo.
Y así, todos los días, el patrón hacia revolcarse a su nuevo pongo, delante de la servidumbre.
Lo obligaba a reírse, a fingir llanto. Lo entregó a la mofa de sus iguales los colonos. Pero una tarde ese hombrecito, habló muy claramente.
“Gran señor, dame tu licencia; padrecito mío, quiero hablarte" - dijo. El patrón no oyó lo que decía.
“¿Qué? ¿Tú eres quien ha hablado u otro?” – preguntó.
"Padre mío, señor mío – empezó a hablar el hombrecito- Soñé anoche que habíamos muerto los dos, juntos. Como éramos hombres muertos, señor mío, aparecimos desnudos, los dos juntos, desnudos ante nuestro gran padre San Francisco, nos examinó con sus ojos que miran el corazón de cada uno y lo que éramos y lo que somos. Como hombre rico y grande, tú enfrentabas esos ojos, padre mío”. –“¿y entonces?” -preguntó el patrón.
-“Dueño mío: apenas nuestro padre San Francisco dio la orden, apareció un ángel, brillante como el sol; bello de luz suave. Traía en sus manos una copa de oro.
- “Ángel mayor: cubre a este caballero con la miel que está en la copa de oro, sobre su cuerpo del hombre”.
Y así enlució tu cuerpecito como si estuviera hecho de oro, transparente".
“Así tenía que ser – dijo el patrón, y luego preguntó: ” - ¿Y a ti? Nuestro San Francisco volvió a ordenar: “Que el más ordinario ángel traiga en un tarro excremento humano”
-¿Y entonces? Trayendo un tarro grande; Oye viejo – ordenó nuestro gran Padre a ese pobre ángel – embadurna el cuerpo de este hombrecito con el excremento que hay en la lata; todo el cuerpo, de cualquier manera; cúbrelo como puedas ¡Rápido!
- “Así mismo tenía que ser – afirmó el patrón- ¡Continua! ¿A todo incluye ahí?”…
- No padrecito. Cuando nos vimos juntos, ante nuestro Gran Padre, el volvió a mirarnos y a ti ya a mí. Luego dijo: "Ahora ¡lámanse el uno al otro! Despacio, por mucho tiempo". Nuestro Padre le encomendó al viejo ángel vigilar que su voluntad se cumpliera.

¿Sabes quién es el autor? …

¿A qué reflexión nos llevaría el cuento?  …